The El papel de la telemedicina en la mitigación de la propagación y el cuidado de COVID-19
A medida que COVID-19 se extiende por toda América Latina, los funcionarios temen que un sistema de salud ya sobrecargado esté a punto de ser empujado más allá de su capacidad. En el último decenio la región se ha enfrentado al SRAS (2003), a una gripe pandémica (2009) y sólo en el último año se han producido más de 20.000 casos de sarampión y 3 millones más de dengue.
Los autores de un informe que se presentó recientemente en
ScienceDirect
emiten una advertencia bastante sombría:
"En este complejo escenario epidemiológico, estamos a punto de ser testigos del desarrollo de una sindemia de sarampión, dengue y COVID-19, entre otras."
La buena noticia es que durante las crisis anteriores se elaboraron muchos protocolos, entre ellos el de laboratorio y el de gestión de pacientes, lecciones que pueden resultar críticas para el tratamiento de COVID-19.
Pero, los mismos autores ofrecen un mensaje clave:
"Serán esenciales las buenas estrategias de comunicación para las medidas preventivas en la población y en los países vecinos, además del Brasil (...)".
Datos de mapeo
Los hospitales, los sistemas de salud y los médicos toman decisiones basadas en los datos. Tener acceso a información confiable en partes remotas de América Latina será fundamental para responder a un brote. La identificación rápida de los puntos de conflicto emergentes es especialmente crítica para las comunidades rurales e insuficientemente atendidas, en las que faltan las necesidades básicas de atención sanitaria.
En un documento publicado en
Nature titulado
"Llevando al terreno los diagnósticos de enfermedades infecciosas relacionados con la salud móvil", se explicaba que la telesalud ofrece formas novedosas de diagnosticar, rastrear y controlar las enfermedades infecciosas y de mejorar la eficiencia del sistema de salud.
Además, en un documento de investigación publicado en
ResearchGate
se examinó específicamente la función de la telemedicina en las zonas rurales y suburbanas marginales de América Latina y se señaló que la utilización de la telemedicina "abre un nuevo acceso a servicios de salud que de otro modo no estarían disponibles y puede permitir un intercambio seguro a distancia de información sanitaria, incluidos los historiales médicos electrónicos de los pacientes".
La recopilación de información de diagnóstico en estrecha coordinación con la comunidad médica, sin duda, acelerará la respuesta y potencialmente hará sonar las primeras alarmas.
Respuesta rápida
Si bien los
equipos de telemedicina
no tienen la capacidad de realizar pruebas de COVID-19, los médicos que los utilizan desempeñan un papel esencial en la identificación de posibles casos y actúan como puerta de entrada para llevar las muestras a un laboratorio. Cuanto antes se identifique un brote, antes se podrán establecer acciones de respuesta, como cuarentenas y centros de tratamiento remoto.
Por último, el hecho de poder evaluar e informar sobre el impacto de las intervenciones y medidas medicinales en zonas remotas es crucial para el sistema de salud en general.
Concienciación
Como señalaron los autores del documento de
ScienceDirect, la comunicación y la capacitación del personal sanitario local también son esenciales. Los médicos que tratan a poblaciones desatendidas en las zonas rurales son la primera línea de información. Explicar los efectos de las enfermedades, educar a la comunidad local sobre cómo evitar la propagación de COVID-19 o ayudar a establecer cuarentenas recaerá sobre sus hombros.
Los servicios de telesalud permiten a los sistemas de salud rastrear, mapear, tratar y poner en cuarentena a las comunidades para prevenir la propagación de enfermedades. Además, la telemedicina es una puerta de entrada a una atención elevada. Para hacer frente a múltiples pandemias y enfermedades transmitidas por vectores, la necesidad de médicos en lugares remotos no tiene rival.